Worldwide, the problem of motor vehicle fatalities tends to surpass the prevention efforts from governments, institutions, and industry in general. Fatalities and injuries in traffic crashes do not seem to reduce significantly; on the contrary, they maintain their trend to increase year after year, becoming a social and economic problem burden.
The Community of Latin American and Caribbean States (CELAC) reported that the region presents one of the highest mortality rates due to traffic crashes. The burden of motor vehicle crashes has a significant impact on the society due to their high direct and indirect costs. Additionally, this type of event significantly targets working-age populations, with a subsequent impact on countries' competitiveness. In these countries, the estimated loss in gross domestic product oscillates between 1.6 and 3.0% per year.
According to the World Health Organization (WHO), approximately 1.25 million lives are lost each year because of traffic accidents, and between 20 and 50 million people suffer non-fatal injuries, including any form of disability (WHO, 2015). Although these numbers remain steady since 2013, the high number of fatalities associated with traffic risk is a matter of concern. Factors, such as the increase in population and in the use of the motor vehicle, compared to other forms of transport, make the population in general more and more vulnerable.
According to the scale of this problem, it is necessary to focus efforts in identifying new or improved methodologies able to effectively manage the risks associated with transit in all sectors. The objective of this paper is to present a model that manages the road-traffic accidents, through the implementation and development of an integrated risk assessment and management system that uses a logical and systematic process based on continuous improvement.
According to the National Institute of Forensic Medicine, in Colombia in 2015 were reported 52,690 cases from motor vehicle accidents. In these accidents, 6884 people died, representing 13.07% of the total number of accidents. As of December 2016, there were 6,800 fatalities in events associated with traffic accidents, which do not represented a significant reduction in comparison to previous years (Graph 1).
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El panorama de la accidentalidad vial a nivel mundial tiende a sobrepasar los esfuerzos de prevención que en este sentido realizan, gobiernos, instituciones e industria en general. Las cifras de accidentes de tránsito que resultan en muertes y heridos no parecen disminuir significativamente, al contrario, mantienen su tendencia a incrementarse año tras año, creando además de un problema social una carga económica.
Las estadísticas presentadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), muestran a la región con una de las tasas más altas de mortalidad debido a los accidentes de tránsito. Este problema tiene impacto significativo en la sociedad debido a los altos costos directos e indirectos que generan. Adicionalmente, los principales afectados en este tipo de accidentes son las personas en edades productivas, generando así una pérdida de la competitividad de los países, ya que se estiman que, debido a estas muertes, las pérdidas del producto interno bruto oscilan entre el 1,6 y el 3,0% al año.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se pierden aproximadamente 1,25 millones de vidas como consecuencia de los accidentes de tránsito, y entre 20 y 50 millones de personas sufren lesiones no mortales, y de esta porción algunos padecen alguna forma de discapacidad (OMS, 2015). Aunque estas cifras se han mantenido estables desde el 2013, no deja de ser preocupante el alto número de muertes asociadas a al riesgo de tránsito. Factores como el aumento de la población y el incremento en la utilización del vehículo a motor, frente a otras formas de transporte, hacen que la población en general se vea cada día más vulnerable.
Teniendo en cuenta la dimensión del problema, es necesario encaminar todos los esfuerzos a identificar metodologías nuevas o mejoradas que permitan a todos los sectores económicos la administración eficaz de los riesgos asociados al tránsito. El objetivo de este documento es presentar un modelo para gestionar la accidentalidad vial, a través de la implementación y desarrollo de un sistema de evaluación y gestión integral del riesgo. Este modelo incorpora un proceso lógico y por etapas, basado en la mejora continua.
