As a result of modern life style, people spend 90% of their time in indoor environments and this is why, each day, sustaining acceptable indoor air quality (IAQ) becomes more important.
IAQ is a major concern to business, schools, building mangers, tenants and workers because it can impact the health, comfort well-being and productivity of the building's occupants. OSHA recognized that poor IAQ can be hazardous to workers' health, and that it is in the best interest of everyone that building owners, managers, and employers take a proactive approach to address IAQ concerns.
The indoor environment of any building is the result of the interaction of its localization, climate, HVAC systems (original design and modifications), contamination sources (building materials, furniture, equipment, activities, indoor activities and process and exterior sources), and building occupants. The Environmental Protection Agency has included IAQ among the top five environmental risks to public health.
We define Indoor Air Quality as the effect that contaminants that are generated or trapped in the building's indoor environment have on the health and wellbeing (comfort) of its occupants. The term "indoor air" is usually applied to non-industrial indoor environments, such as office buildings, public buildings (school, hospitals, theaters, restaurants, etc.), and individual homes.
We must point out that recent studies attribute 15% labor absenteeism to respiratory conditions. The natural composition of air is 21% oxygen, 78% nitrogen, and other traces of gases, such as 0.96% argon, and 0.04% carbon dioxide, helium, and water.
Technically, we define an acceptable IAQ as air in which there are no known contaminants at harmful concentrations, as determined by cognizant authorities, and with which a substantial majority (80% or more) of the people exposed do not express dissatisfaction. This definition is used by the American Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers (ASHRAE) in their standard 62.1-2007.
The pdf file of this paper is in Spanish.
Como resultado del modernismo, las personas pasamos casi el 90% de nuestro tiempo en ambientes interiores, y es por esto que cada día toma más importancia el mantener una buena Calidad del Aire Interior (CAI).
La Calidad del Aire Interior (CAI) es una preocupación mayor para las empresas, escuelas, administradores de edificios, los inquilinos y los trabajadores, ya que puede afectar a la salud, comodidad, bienestar y productividad de los ocupantes de edificios. OSHA reconoce que una CAI deficiente puede ser perjudicial para la salud de los trabajadores, y que es en el mejor interés de todos los patrones, administradores y propietarios de edificios, que implementen un enfoque proactivo para atender los problemas de CAI.
El ambiente interior de cualquier edificio es el resultado de la interacción entre la localización, el clima, los sistemas de aire acondicionado (diseño original y cambios posteriores), las fuentes de contaminantes (materiales del edificio, muebles, equipos, procesos y actividades en el interior, y fuentes externas) y los ocupantes. La Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en ingles) tiene incluida la calidad del aire interior entre los primeros cinco riesgos ambientales que pueden perjudicar la salud pública.
Calidad del Aire Interior (CAI) lo definimos como el efecto que tienen los contaminantes generados y/o atrapados en el interior del edificio en la salud y el bienestar (confort) de sus ocupantes. El término "aire interior" suele aplicarse a ambientes interiores no industriales, tales como edificios de oficinas, edificios públicos (colegios, hospitales, teatros, restaurantes, etc.) y viviendas particulares.
Es importante señalar que algunos estudios realizados atribuyen el 15% del absentismo laboral a trastornos respiratorios. La composición natural del aire es 21% oxígeno, 78% nitrógeno y rastros de otros gases equivalentes a 0.96% argón y 0.04% dióxido de carbono, helio y agua.
Técnicamente, definimos una buena (aceptable) Calidad del Aire Interior como aquel aire en el cual no hay contaminantes conocidos en concentraciones nocivas como lo determinan las autoridades pertinentes y al cual una mayoría substancial de los ocupantes (más del 80%) no expresan inconformidad. Esta definición es la utilizada por la Sociedad Americana de Ingenieros de Aire Acondicionado y Refrigeración (ASHRAE) en su estándar 62.1-2007. En palabras más sencillas, es aquel aire que se perciba fresco, confortable y no cargado, ni viciado e irritante, y que el respirarlo no suponga un riesgo para la salud.
Recordemos que respiramos diariamente unos 3,600 litros de aire a razón de 23,000 inhalaciones, y en este volumen de aire consumido, introducimos en nuestros organismos 5 millones de partículas por minutos (7,200 millones de partículas al día).